domingo, 20 de marzo de 2011

19-mar.- Erg Chebbi


Es domingo, creo. Supongo que allá, en casa, simplemente habrán pasado cinco días desde el miércoles, pero aquí han pasado ya tantas cosas que da un poco de vértigo pensar en la semana que nos queda por delante.

El rutómetro de nuestras bicis marca ya 300km. Y a esos trescientos hay que añadir otros tantos sino más en transporte público.

Precisamente, era en un transporte público donde dejamos el relato anterior.

La furgoneta paraba en todo los pueblos para bajar y subir gente. Sin embargo, lo desconcertante era que hiciera lo mismo en medio de la nada.

-¿De dónde sale esa gente?

En una ocasión, un hombre que había subido a la furgoneta con un puñado de tablas avisó al conductor para que le parara en el medio de un inmenso páramo. Allá donde llegaba la vista no se veía nada más que piedras. Más adelante, un par de criajos se protegían del asfixiante sol del mediodía subidos a las ramas de un árbol mientras su rebaño de cabras se rifaba los pocos hierbajos que podían encontrar. …increíble.
A cada paso que damos nos esperan auténticas postales que, aunque queramos compartir, no siempre conseguimos retratar con la cámara. Lo sentimos mucho, pero algunos de esos recuerdos quedan reservados en exclusiva para nosotros.

Tazarinne es un pueblo pequeño, polvoriento, feo, y el final del trayecto de nuestro medio de transporte. No hay más autobuses. Bajamos nuestras bicicletas del techo de la furgoneta y, seguidamene, nos abrieron el maletero de un taxi Mercedes para que las metiéramos. Os podéis imaginar que ni el Mercedes era un último modelo ni nuestras bicis entraban en él, pero con medias bicis fuera y un trozo de cuerda para que la tapa del maletero no saliera volando…, todo arreglado.



Después del consabido regateo pagamos 70 Dirhams por un recorrido de 60 kilómetros hasta Alnif, otro pueblo en nuestra ruta a Rissani. Tampoco puede decirse que el viaje en taxi fuera mucho más cómodo que el de la furgoneta porque éste no se movía de su sitio si no se llenaba con seis personas, …además del conductor.

Y en Alnif, vuelta a empezar. 98 kilómetros hasta Rissani. Supuestamente, una furgoneta saldría hacia nuestro destino a las 15.30. Es decir, tres horas más tarde. Juanjo y yo nos miramos y, ante la posibilidad de que aquella furgoneta finalmente no apareciera como el autobús de esta mañana, decidimos tantear a otro taxi. El taxista no aceptaba menos de 100 Dirhams (os recuerdo que eso serían unos 10€) pero, al menos, se conformó con hacerlo con sólo cuatro pasajeros. En ese momento se produjo otro de esos episodios que te dejan clavado. Al taxi sólo nos montamos tres, Juanjo y yo cómodamente sentados en el asiento trasero y un hombre joven que hablaba francés en el asiento de delante, junto al conductor.

-¿Y el cuarto?

El cuarto era un bulto negro que nos esperaba a la salida del pueblo, la mujer del tercero, quien -al parecer- tampoco puede mezclarse con los hombres para un asunto tan sesudo y masculino como es esperar un taxi. Por supuesto, aunque íbamos sobrados de espacio, no se sentó atrás con nosotros sino que se acurrucó con su marido aunque esto supusiera que el conductor tuviera que arrimarse bien contra la puerta.



Rissani,14.30hrs.Por fin! ¿Quién nos lo iba decir después de todo este periplo que había empezado a las 4 de la mañana.
Compusimos nuestras bicis, alforjas y después de comprar unas botellas de agua para mitigar el intenso calor nos dispusimos a pedalear los 39 kilómetros que marcaba una cartel a Merzouga.
Un molesto viento de frente nos hizo sudar más de la cuenta hasta llegar allí, pero mereció la pena poder bordear de Norte a Sur el Erg Chebbi (el desierto de la Coca Cola) disfrutando de la silueta naranja de sus dunas contra un cielo completamente despejado.

Después de tantear un par de garitos previamente para sondear los precios nos dejamos engatusar por Alí, el encargado del Aubergue “Rose du Sable“ (http://www.authentictravel-maroc.com/), quien nos insistió repetidamente en que él era un Agente de Viajes oficial, no como los muchos engañabobos que hay por ahí… (será, Ali, será). El caso es que nos salió todo redondo. Nuestra intención era pasar la noche en una jaima en el desierto, …y así fue.

Primeramente nos guiaron hasta el albergue (otro par de kilómetros) y allí nos dejaron una habitación enorme para aparcar nuestras bicis y cambiarnos. Pudimos darnos una ducha caliente y -en mi caso- hablar por teléfono con mi mujer e hijos (…era el día del padre) antes de salir pitando hacia el desierto y no perdernos la puesta de sol.
Montados sobre un moderno RAV4 (un 4x4) nos llevaron primero a visitar un poblado del sur. Gentes de raza negra que, procedentes de Mali y Mauritania se instalaron en la zona. El apodo de “CocaCola” que se da a este desierto es absolutamente cierto, todo está preparado para que el turista occidental se sienta a gusto, incluso con detalles esperpénticos, como luego contaré.



Té, cacahuetes y canciones tradicionales interpretados por un grupo de hombres y niños perfectamente ataviados para la ocasión. Después, otra vez al 4x4 y a disfrutar como chipirones… Bastó insinuar a nuestro conductor que aquello era como el París-Dakar para que éste se creciera y nos regalara un recital de conducción deportiva por las dunas. …¡sólo por eso hubiera pagado lo que nos costó todo el paquete!

Cada una de las ocho jaimas dispuestas a los flancos de la principal estaba, a su vez, dividida en dos “habitaciones”. Nos prepararon sendos colchones con sábanas de Spiderman y varias mantas en una de las jaimas y nos indicaron que subiéramos tranquilamente a las dunas para disfrutar del atardecer.

No tengo ni idea del número de fotos que pude sacar: dunas, crestas, la luna llena, … vamos una auténtica locura. La temperatura comenzó a desplomarse en cuanto oscureció y ese fue el momento de bajar de las dunas y regresar al campamento de jaimas para la cena.



Estábamos solos, …bueno solos con Ali -el guarda del campamento- y su mujer a la que sólo pude entrever saliendo de poner a punto los baños. Sí los baños. Y, es que, detrás de nuestras jaimas había otra con uno de los baños más aseados que hemos podido ver desde que llegamos a Marruecos. Un coqueto lavabo central, dos duchas a la izquierda y dos retretes a la derecha.

¿Cómo se come eso en medio de un auténtico desierto de arena?


Según nos explicaron, entre las dunas, el agua mana a poco más de cuatro metros de profundidad, de modo que al otro lado de una de ellas habían construido un pequeño pozo cuyo agua bombeaban a un aljibe situado junto al campamento. Además, para que los exquisitos turistas europeos no pudiéramos quejarnos de nada, en la parte trasera de la jaima-toilette una pequeña caldera de carbón posibilitaba ducharse con agua caliente.

…a los que me conocéis os sorprenderá tremendamente, pero imaginad cómo estaría todo de limpio que incluso, por la mañana, pude sentarme a “obrar” sin necesidad de empapelar el retrete.

Ali, se deshacía continuamente en atenciones (claro que éramos sus únicos huéspedes). Nos ofreció té y luego nos sirvió la cena. Ensalada maroqaine con arroz y -otra vez- Tagine de poulet. Sin embargo, en esta ocasión todo estaba menos especiado que de costumbre por lo que, al menos en mi caso, lo comí con agrado.
La velada duró poco más de una hora; primero porque nos iban a levantar a las seis para ver amanecer; y segundo, porque Alí hablaba poco francés y ni castaña de español, así que, entre la complicada conversación en francés y un intento frustrado de amenizar la noche con tambores y guitarra, nos fuimos a la cama con verdaderas ganas.

Ver amanecer subido a una duna de color naranja en pleno desierto y a escasos kilómetros de la frontera entre Marruecos y Argelia es una experiencia absolutamente indescriptible, lo siento, …no me da.




Alí nos preparó un buen desayuno a base de té, café, pan, mantequilla, mermelada… vamos lo que uno siempre piensa que puede encontrar haciendo un bivouac (como dicen ellos) en el desierto.

De vuelta al albergue, otra sesión de 4x4 extremo por las dunas y, antes de marchar, traté de subir la entrada anterior desde la oficina del albergue. En otro momento la editaré mejor porque, entre lo lenta que era su conexión a internet y la dificultad de utilizar un teclado árabe, se nos pasaba la hora de salir. Nuestro destino: algo bastante asequible, 65 kilómetros hasta Erfoud.



Hay una pista que une directamente Merzouga con Erfoud, sin pasar por Rissani, pero nuestros primeros intentos con las bicis por la arena fueron tajantes: con las ruedas estrechas y el peso de las alforjas, la bici se hunde tanto que, en ocasiones, parece que vas a salir disparado por encima del manillar. Descartado. Iremos a Erfoud por carretera y descansaremos allí toda la tarde. Nuestra idea es tomar al día siguiente el autobús a Tinerhir (Tinghir) donde deberá arrancar la tercera parte de nuestra aventura: unir las gargantas del Todra y el Dades por una pista de montaña a más de 2500 metros de altitud.




Descargar Track Zagora-Merzouga



17 comentarios:

  1. Gracias a todos por vuestro seguimiento y felicitaciones. Gracias de corazón.

    Juanjo.

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  2. Juanjo,

    Vigíla al _bombero_ de mi hermano, que ya sabes que tiene bastante peligro ...

    Disfrutad de la aventura.

    Japus.

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  3. ya claro, y después de leer lo de las dunas hay que ir a trabajar, no se si a la vuelta os voy a saludar

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  4. ¡Este post sí que me ha puesto los dientes largos! Ese amanecer en el desierto vale un mundo... ¡qué envidia, joder!

    Por cierto, va a resultar que era cierto eso de que este blog no le iba a interesar a nadie... "SÓLO" 1.500 accesos en 5 días... puahj! ...pringaos... ;ppp

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  5. Hola, papá y hola tío.
    estoy leyendo el blog me ha gustado mucho, luego se lo contaré a Marina.
    Juanjo, sonríe que siempre sales muy serio en las fotos.¿estás enfadado?
    ¿Hace calor en el desierto?
    La abuela dice que la ha gustado mucho esa foto.
    Un beso.

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  6. Miguel A. Hernandez21 de marzo de 2011, 10:09

    Joder juanjo,cuando apareces en las fotos no sé quien es quien.Levanta la mano para saber quien eres.Un beso HERMANO

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  7. Hola Miguelón,

    Juanjo no está enfadado, digamos mas bien que está sorprendido por la calidad de los alojamientos. Ten en cuenta que cada día que pasa _esos hoteles_ tienen cada vez más estrellas, y cuantas más estrellas tengan mejores son... ;)

    Japus

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  8. saludos papi y juanjo
    os echo de menos.
    ¿habeis visto a los reyes magos en el desierto?
    traerme muchos regalos
    que lo paseis bien

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  9. Hola chicos. Yo nunca me hubiera atrevido a hacer un viaje como el vuestro, ya que lo desconocido me da miedo, pero leyéendos contagiáis vuestra alegría, vuestra experiencia, las dunas, ... ¡en fin todo! Me he dado cuenta de que lleváis las camisetas de WoP y es un gesto admirable por vuestra parte, la verdad es que Mentxu y Mikel se lo merecen, un gesto precioso. Bueno y sin más cuidaros mucho y como te pide tu hermana volver a casa enteritos. ¡Un moxutxu gigante!

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  10. Hola aventureros: Iñaki, estás consiguiendo que vuestro viaje me dé envidia hasta a mí, ¡vaya foto la de las dunas! Un beso a los dos y que sigáis disfrutando dia tras dia. Por cierto, no sé si existe ahí el papel albal o film o bolsit a de plástico o similar, pero si puedes me traes arena del desierto, para sumarla a mi colección de botes de arenas de diferentes sitios. Smuack!

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  11. ¡¡¡¡UUagggghhh!!! ¡¡¡Qué envidia el amanecer en el desierto!!!
    Y ahí estás tú, Indalecio, cual Lawrence de Arabia, mirando el horizonte con tu flequillo al aire. (Luego te he visto las patillas con el superculote biciclero y has perdido todo el glamour desértico, je,je…)
    Pues aquí seguiremos, leyendo ávidamente todo lo que escribáis…

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  12. La descripción del viaje es muy buena y nos vamos haciendo una idea de todo pero nos gustaría saber también de vosotros, como os encontráis, si acusáis ya el cansancio o estáis pletóricos, seguro que os echáis unas risas de cosas que os pasan a vosotros, queremos saberlas. Cuando volváis os haremos un recibimiento con tagine y cous cous que veo que os gusta mucho.

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  13. El "espectro" empieza a ver la luz. felicidades

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  14. Este es mi tercer intento. Si os llegan mis mensajes anteriores, veréis lo mucho que me alegro de vuestras aventuras y la envidia que me dáis. Besoooooos

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  15. holaaaaa iñakiiiiiii: me gustan las fotos del desierto. aguuur

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  16. hola iñaki y juanjo me han gustado mucho las aventuras que habeis pasado de momento.
    Agur y que lo paseis muy bien.

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  17. lo del cuscus esta bien pero donde este la tortilla de patata, es que aqui no saben hacer otra cosa, cuando les pedimos arroz o pasta tienen que ir a comprarla
    un beso y un abrazo para todos
    juanjo

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